viernes, 14 de abril de 2017

Morite de amor, cagón.

Se me engancharon los trapos, en tu sonrisa filosa. Disfrazado de cordero te me metiste por las venas pero tu mal se huele, se siente... palpita. No queremos lo mismo y me importa un cuerno, nunca me derretí por jugar con fuego, aunque sí por escupir fuego se me quemó la garganta. Me encanta verte quieto, muerto de miedo esperando a que algún día me enamore de vos. Pensando qué tan absurdo sería que eso no pase. Me querés ver estrellada sobre mis rodillas, pidiéndote más y más cariño.
Amor, yo crecí entre los hielos más fríos, yo puedo si quiero... congelar al viento. Esta noche estoy acá por decisión propia, porque me encanta verte esa cara de eterna coraza. No estoy atrapada, puedo dormir sin vos, puedo vivir sin vos y morir sin siquiera recordar tu piel antes de cerrar los ojos. Te metiste quizá, con la piba equivocada. Te morís por que te ame, te cagás de miedo pero te morís por que te ame. Seguramente tu madre algún día te dijo que eras tan lindo que las chicas no dudarían en enamorarse... A mí mi vieja me dijo que cantaba bien, lamento decirte que Papá Noel no existe.
Me encanta jugar con vos a que te dejo jugar conmigo, todo es más divertido. Veo en tu cara una mueca que disfruta romperme el corazón en mil pedazos como a una quinceañera enamoradiza. Insisto, te metiste con la piba equivocada y tan equivocada, tan errada, tan distinta... que probablemente sea la única, que te rompa en mil esa coraza, y en un abrir y cerrar, nos estemos amando como nunca antes nos permitimos amar a nadie más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario