miércoles, 17 de abril de 2013

Tu.

Puedo mirarte a los ojos y ellos pueden decirme algo, pero puedo besarte y tus labios van a confirmarme eso que tus ojos anteriormente dijeron.
Me gusta saber que cuento contigo si necesito hablar, que estás para mi aunque no estés físicamente a mi lado; no quiero que el hablar a través de una computadora se convierta en una monotonía, prefiero alejarme si es que va a hacer así.

Naturalmente de mi persona sale ser miedosa y asustarme fácilmente, pero hay una cuestión no me asusto por algo de terror, me asusto porque a veces la vida me muestra sus dientes con una sonrisa; últimamente remarco mucho que encontré un momento mío, un momento propio en mi vida, donde tal vez, nadie importe más que yo. Suena un tanto egoísta hablar así, pero como acostumbro a mirar a los demás antes que a mi, no es egoísta, por lo menos así funciono yo, pero me encanta tener otro propósito además de sentirme bien, sino, también hacerte sentir bien a vos.
Volviendo al tema inicial, me agradó conocerte y más me agrada aún seguir conociéndote. Sin embargo, más me gusta que pueda verte, pueda besarte, pueda abrazarte y que a vos no te moleste lo que los demás puedan llegar a decir; me da cierta seguridad si miro tus ojos, pues, sólo encuentro sinceridad cuando hablas, y si toco tus labios, ellos, se encargan de remarcarme que todo lo que decís, es verdad, también me da seguridad arroparme en tu pecho cuando me abrazas y tomas mi cintura
. A su vez, me saca un poco de mis miedos, porque al ser palabras sinceras, no tengo miedo a la mentira, como otras veces sí lo he tenido.
Cuando te vi me sentí bien y después de hablar un rato, pensé que debía dejar de pensar en cómo actuar ante ciertos momentos que la vida me podía dar, tanto buenos, como malos, y a partir de eso, cambié el pensar en esas cosas, por ver tu sonrisa disfrutar. Hacía tiempo que no me pasaba que al ver los ojos de una persona me dijeran que se sentía bien, tomarme de la mano, besarme y/o abrazarme; sabes.... tus ojos me lo dijeron.
Hará algo de dos meses escribí algo y no le encontré un receptor; hace unos días noté que sin darme cuenta sos muy semejante a lo que busqué y que esa frase que escribí, hoy, es para vos.
Sólo me queda decir...
"Gracias por aparecer en mi vida"

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