lunes, 3 de abril de 2017

Querer después de amar.

Cuando amas, por primera vez, sacar a esa persona es algo complejo, causa dolor y hasta parece que te arracan un pedazo de tu ser y que nunca volveremos a ser los mismo; hace un par de días entendí que no soy la misma que cuando amé, que haberme tenido que arrancar a esa persona, me cambió.
El cambio lo noté cuando quise querer a otra persona completamente diferente, y si, realmente era diferente. Como debe ser, lo nuevo da miedo y asusta porque es esa cosa que se procesa por dentro que crees que te van a lastimar de nuevo.
Cuando empecé a querer de verdad y pensar que era mi oportunidad, se fue y lo esperé tanto que cuando me dijo que se quedaba allá, lo arranqué de mi ser, lo alejé de mi, inconscientemente pero lo hice.
Hoy, entiendo que yo alejo a la gente no solo por el miedo a que me lastimen sino también porque sé que en algún momento se va a ir y no va a volver.
Eso es lo difícil de querer después de amar, entender que alguien se puede quedar a pesar que lo alejes de mil veces y que te puede borrar esas lágrimas que provocaron en vos y regalarte sonrisas. Quizás eso no exista del todo pero si te quieren, quere; si te abrazan, abraza; si te hacen reir, reí y devolvele esas risas. No siempre todo tiene que ver con el amor.

2 comentarios: