jueves, 3 de enero de 2013

Tú y tú.

Cuando lo abracé, sentí su corazón latir muy fuerte; y cuando lo solté, miré sus ojos con profundidad y entonces, noté, que algo había pasado en su interior; pero él, sonrió y me besó, sin nada qué decir; sus labios fueron tiernos y rápidos a la vez, sentí que no quería que terminara, cuando terminó el beso, volví a mirar sus ojos y vi que algo se había movido o cambiado; él sonrió y yo le dí a cambio de su beso, mi sonrisa más sincera; comentó diciendo que mis dientes eran blancos, siguió hablando y agregó que tenía una gran sonrisa que podía enamorar a cualquiera, me miro a los ojos, pero no me resistí, su mirada era muy penetrante, bajé la mirada; él con su mano me tomo por el mentón y levanto mi cabeza diciendo, nunca bajes la mirada, tus ojos marrones, son hermosos, espero nunca verte llorar.

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