martes, 15 de enero de 2013

Momentos

Soñé tanto con ese día, hasta que se hizo realidad; cuando por fin llegaste, me sentí nerviosa; cerraste tus ojos y me besaste; los abriste con delicadeza y pude observar la profundidad de tú mirada tal como la de un pozo, no tienes conciencia de a dónde llega; hablaste y al escucharte era como el suave sonido del mar; te abracé; sentí el calor de tú cuerpo; y al oído te dije cuánto me gustabas, sonreíste y mencionaste que te sentías a gusto con mi compañía. Mencionaste que me querías, me preguntaste si lo yo también lo hacía, no tuve palabras así que solo te besé demostrando la paz que me daba tenerte a mi lado. Te dije Gracias; preguntaste por qué; dije porque una vez más no permitiste que la monotonía coma mi cerebro; dijiste, que te gustaba verme sonreír, y eso fue como un pase perfecto; lo rematé diciendo, verte sonreír puede provocar mi sonrisa, pero que yo sea el producto de tú sonrisa, puede cambiar mi mundo. Vi tus ojos brillar cómo el sol cuando está a la mitad del día y me besaste.

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